jueves, 27 de noviembre de 2014

Eje 4, actividad 3: La disciplina de la imaginación


La disciplina de la imaginación
 
“No creo que pueda avanzarse mucho en la reflexión sobre el lugar de la literatura y de la palabra escrita en la enseñanza si no se revisa la absurda y rígida distancia que ha venido estableciéndose en España entre lo que se llama educación y lo que se llama cultura.”

ANTONIO MUÑOZ MOLINA

Comenzaremos definiendo que la educación ha pasado a tomar un segundo lugar después de la cultura, que en la actualidad el tema de la educación se ve opacado y utilizado por intereses ajenos a la misma. La cultura se ha tornado “importante y relevante” en base a actos de popularidad y mero reconocimiento individual y no al hecho de realmente estar educado y dotado de conocimientos.

Los planes de estudio y reformas educativas vienen a empeorar aún más el panorama. Tal parece que están dedicados a limitar el conocimiento de los estudiantes y a desarrollar sus habilidades artísticas y cognitivas. Si bien, la educación orilla al público a verse culto con el solo hecho de asistir a una exposición o participar en el espectáculo de la cultura.

Exposiciones desiertas, conciertos casi vacíos, al igual que las salas de conferencias, libros sin vender e índices de lectura en decadencia son causa del excesivo y moderno círculo educativo que la televisión brinda a los espectadores, de que el dinero del gobierno se destine a actos públicos de reconocimiento político y se escatime en bibliotecas o en los centros educativos y a la distancia, cada vez mayor, que existe entre la educación y la cultura, entre el saber por siempre y el ser por un momento.

Así pues, después de analizar un poco las condiciones en las cuales se produce la literatura, se puede decir que desgraciadamente también esta está siendo utilizada como un adorno cultural que aparentemente solo interesa realmente a los eruditos universitarios, y es entonces cuando los planes de estudio tienen razón en eliminarla, por considerarla como un oficio útil solo para unos cuantos.

Mucho tiene que ver en este tema que la educación literaria era, y en ocasiones sigue siendo, una manera rápida y barata de lograr que los adolescentes se mantengan obstinadamente alejados de los libros, ya que los maestros tienen gran responsabilidad en este ámbito. No se puede seguir educando en literatura de la forma tradicional y automatizada como un conjunto de fechas, autores y títulos.

Menciona Muñoz “a nadie le interesa aprender cosas inútiles. Desde que nacemos nuestros aprendizajes están ligados a nuestro instinto de supervivencia y a nuestra necesidad de comprender el mundo y hacernos una idea razonable de nuestra posición en él… por eso sólo amaremos los libros si nos damos cuenta de que nos son útiles y de que pertenecen al reino de nuestra propia vida.” Por lo tanto, se debe dejar de leer para aprobar un examen y demostrar que se está al día. Un libro debe convertirse en algo necesario. La literatura es un instrumento para la vida y la educación.

Se debe ver la literatura como algo mucho más serio que mera cultura. La literatura tiene sus inicios en la infancia gracias a la imaginación que todo niño tiene en su mente. Desgraciadamente la imaginación se va apagando a consecuencia del entorno social en el que se vive. En la mayoría de los casos, el desarrollo y uso de la imaginación se ve interrumpido por las obligaciones y responsabilidades que se nos van atribuyendo a lo largo de nuestra vida y nos vemos en la necesidad de “dejar para después” los juegos que hacen que la realidad se transforme en juegos y aprendizaje infantil y ameno.

Gracias a la imaginación, los niños son capaces de convertir cualquier cosa en cualquier otra y cualquier realidad en otra sin importar la complejidad del asunto. De esta forma se puede viajar a lugares excepcionalmente maravillosos y conocer objetos y personajes asombrosos. Sin embrago en cada personaje y cada escenario se ve reflejado un toque de educación y aprendizaje ya que hasta en estos lugares imaginativos existen leyes, normas, objetivos, pruebas y toda clase de cosas que se presentan en la realidad.

A pesar del entorno y responsabilidad social, el ser humano es capaz de sobrepasar la etapa de inhibición de la imaginación exactamente después de la infancia, cuando decide mantener vivo el deseo de imaginar, crear e interpretar el mundo a su muy particular estilo. Es entonces cuando los libros toman mayor importancia y peso que el resto de los artículos destinados al entorno social y cultural.

Y es así como por medio de la literatura un escritor mantiene viva su imaginación, los ánimos de expresar su mundo y no perderse en la cultura de la “cultura”. Los escritores son capaces de transformar las experiencias de todos y plasmarlas en palabras y enunciados. Son capaces de tomar las vidas, sentimientos, pensamientos y experiencias y hacerlas propias para después transformarlas en historias que sin darnos cuenta ya conocemos.

De esta manera los libros nos acercan a nosotros mismos, nos llevan a lugares y tiempos que creíamos jamás poder viajar. Ponen a nuestro alcance personajes tan parecidos a los que nos rodean pero a su vez tan distintos que parecen ajenos a nuestro alcance.

La literatura y los libros mismos no deben mostrarse como ajenos a nadie, ni fuera del alcance de nadie. Cada individuo tenemos el mismo derecho de escribir, tener y leer un libro. Sin embargo es de suma importancia estar educados para ello. Se debe aprender a escribir libros. Empezando por aprender a escribir y leer y siguiendo por mantener viva la imaginación, hasta llegar al punto de la inspiración que tampoco se logra fácilmente. La inspiración requiere también de cierta educación y disciplina.

Por otro lado existe también la educación para leer. No todos podemos leer, es más fácil ver la televisión que leer y parece casi imposible que un profesor logre mantener y educar a un alumno en su imaginación y lectura, ya que solo cuenta con sus métodos, ganas, entusiasmo y constancia.

Pero no es imposible, finalmente lo que cuesta más trabajo es lo que más se disfruta.

La literatura no la encontraremos, en cualquier lugar porque simplemente no puede existir en cualquier lugar, la encontraremos en donde alguien está inspirado e imaginando, donde alguien más está leyendo una historia, donde hay gente pensando e imaginando cómo expresar sus ideas en palabras.

Entendamos entonces que la disciplina de la imaginación tiene un “antes de disciplinar” y un “después de imaginar” y que todos estamos expuestos al fascinante mundo de nuestra imaginación.

El enlace para mi comic es:

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Eje 4, actividad 1: La historia del ballet en México


EL BALLET EN MÉXICO DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX

INTRODUCCIÓN

La historia del ballet en México es un tema complejo debido a la poca, y en ocasiones confusa, información que existe documentada sobre el tema. Así mismo poca es la gente interesada en conocer los inicios de esta disciplina en el país.

En esta ocasión tomaremos como base el artículo publicado por Georgina Galván Medina en la revista Bicentenario el ayer y hoy de México.

EL BALLET EN MÉXICO DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX

Se puede considerar la llegada del ballet a nuestro país hasta el último cuarto del siglo XVIII gracias a la iniciativa de José de Gálvez al formar una compañía de ballet en la corte virreinal. Posteriormente llegan al país el francés Andrés Pautret y su esposa María Rubio, quienes hacia 1825 fundaron una compañía de danza en el Teatro Provisional, la cual se mantuvo por décadas presentando obras del repertorio internacional y nacional. Abrieron una escuela gratuita, La Escoleta, donde enseñaron a varias generaciones y de la que saldrían figuras como Aurora y Joaquina Pautret, Antonio y Ángel Castañeda, Soledad Sevilla y María de Jesús Moctezuma,

Esta disciplina tiene también un papel importante en la vida social y artística del país. Al tener varias presentaciones en los teatros de la Ciudad de México, los bailarines obtienen una vida pública que los acerca a los movimientos políticos del momento y al mismo tiempo los relaciona con artistas y compañías extranjeras como la Monplaisir que en 1849 durante su visita al país recurre a bailarines mexicanos para sus presentaciones. El siguiente movimiento importante fue por parte del emperador Maximiliano, el cual forma una compañía de ballet del Teatro Imperial con bailarines provenientes de Viena, Paris y Nueva York; es así como llega a nuestro país la primera bailarina Anneta Galletti.

Para el último tercio del siglo XIX, el ballet pasa por una crisis a nivel mundial a causa del fin del romanticismo. En México, ya en el Porfiriato, afecta la falta de instituciones especializadas en la enseñanza de la disciplina y al mismo tiempo el excesivo apoyo a la ópera y la zarzuela. Fue hacia 1880, gracias a la presentación del maestro Giovanni Lepri y su compañía italiana, que el ballet se mantiene presente bajo la enseñanza del mismo maestro hasta 1892.

A pesar de la situación del Porfiriato, y en plena Revolución mexicana, se fundó la Dirección general de Bellas Artes en la Secretaría de Educación Pública, abocada a incorporar danza y bailes regionales a la educación escolarizada. Esta dirección pasó en 1917 a la Universidad Nacional. El ballet no llegó a participar de este proyecto cultural sino hasta 1932, cuando por iniciativa de Narciso Bassols y José Gorostiza, defensor de la profesionalización del arte, se fundó la Escuela de Danza de México, dirigida primero por Carlos Mérida, quien fue sucedido por Nellie Campobello de 1937 a 1984.

Es gracias a esta Escuela que los bailarines pudieron profesionalizar sus estudios, tal fue el caso de Amalia Hernández, Josefina Lavalle, Ana Mérida y Guillermina Bravo, entre otros. Es así como comienzan a proliferar compañías y grupos dancísticos, que experimentaron en sus movimientos y tendencias existentes en pos de una expresión dancística propia. Se instauraron instituciones como la Academia de la Danza Mexicana para fomentar la danza moderna y nacional, dejando de lado al ballet clásico.

Sin embrago, el ballet clásico sigue enseñándose bajo la dirección de la maestra Ana Castillo y su Academia de Balé de Coyoacán. La maestra Castillo fue pionera en la planeación de una metodología de enseñanza del ballet clásico en nuestro país. Sus primeros estudios los realizó en Canadá con el sistema de la Royal Academy of Dancing (sistema inglés) y se titula como maestra de ballet en Londres con el mismo sistema. Al regresar a México se dedica a enseñar este mismo sistema, convirtiéndose en una de las academias con mayor prestigio en todo Latinoamérica.

La Academia de Balé de Coyoacán cierra sus puertas en 1999 tras la muerte de la maestra Castillo, pero el ballet ya había tomado fuerza por otro camino. La maestra Gloria Contreras formaría en 1970 el Taller Coreográfico de la UNAM, con abstracciones de la danza clásica tradicional, y en 1977 se instituyó la Compañía Nacional de Danza, cuyo repertorio incluye obras modernas y contemporáneas.

En la actualidad la Compañía Nacional de Danza es la principal representante del ballet en nuestro país, seguida por el Ballet de Monterrey y el mismo Taller Coreográfico de la UNAM. Así mismo existen compañías en todo el país trabajando para que el ballet en México siga creciendo a nivel mundial.

CONCLUSIÓN

Es así como se presenta la historia del ballet en México. Bajo circunstancias adversas y/o favorables, el ballet se ha ido desarrollando en el país gracias al trabajo de muchos bailarines y maestros interesados en difundir de alguna forma esta disciplina, influenciados por la situación social y política del país y del mundo.

FUENTES DE CONSULTA

1.      Galván Medina, G. (2012) . Revista BiCentenario # 17. Recuperado de: http://revistabicentenario.com.mx/index.php/archivos/el-ballet-en-mexico-durante-los-siglos-xix-y-xx/


REFLEXIÓN

Seleccioné este tema debido a que soy maestra de ballet clásico y me interesa conocer y transmitir los conocimientos de la disciplina que practico día a día y que en muchas ocasiones la gente solo observa superficialmente.

Comencé a escribir a partir de la lectura de varios artículos y la reflexión y análisis de los mismos.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Andamio cognitivo


Pasó de Noche
 
En un estudio sobre el uso de estrategias metacognitivas, realizado en una universidad de México, los investigadores seleccionaron a dos estudiantes con el objetivo de conocer su historia académica. La selección se hizo con base a los siguientes criterios:

1.  Estudiantes sobresalientes

2.  Estudiantes con bajo rendimiento académico

Cuando entrevistaron al primer estudiante al que llamaremos “A”, comenzó explicando que su rendimiento en la educación primaria era bastante bueno, pues solía memorizar toda la información que el profesor le daba y los exámenes los aprobaba sin dificultad. Ahora menciona que va a clases pero no puede concentrarse y estudia pero no se le “pega” nada. Sus calificaciones son bajas en general, aunque pasa largas horas estudiando. Se siente cada vez más cansado y deprimido. Es habitual que hagan uso frecuente de tácticas de aprendizaje vinculadas a la memorización de información y repetición de contenidos. Cuando se enfrenta a los exámenes, acostumbra estudiar un día antes el contenido de forma literal; el problema es que si se le llega a olvidar una palabra, ya no puede recordar el concepto completo.

Otra estrategia que suele utilizar a menudo es escribir literalmente todo lo que el profesor explica y toda la información que encuentra cuando le dejan investigar algo. Comenta que tiene habilidad para realizar tareas que requieren seguir pasos establecidos, pero se le dificultan aquellas en las que debe organizar y analizar el contenido. Además, no le gusta leer ni trabajar en equipo porque acaba enojado o “echando relajo”.

Por otro lado, en la entrevista del estudiante “B”, él comentó que desde pequeño solía estudiar repasando en casa lo que veía en clase; primero repitiendo en voz alta el material que estudiaba y, posteriormente, realizando resúmenes en donde procuraba recuperar las ideas principales. En la actualidad, cuando asiste a clases, realiza anotaciones utilizando palabras claves que le ayudan a recordar lo que expuso el profesor. Tiene una afición a la lectura y, cuando se trata de abordar textos complejos, suele tener el diccionario a la mano para consultar aquellas palabras que no conoce, resaltar las ideas principales y elaborar preguntas sobre el texto para poder responderlas al finalizar la lectura.

Además, frecuentemente, realiza cuadros, mapas o tablas sencillas que le ayudan a organizar el material de las asignaturas. Desde el inicio del semestre suele establecer metas que le permitan dirigir sus actividades; planea lo que va a realizar en cada asignatura y nunca espera hasta las últimas semanas para estudiar, pues suele hacerlo después de clases diariamente. Además, está consciente de que la forma de abordar el estudio de cada asignatura depende del área disciplinar que se trate; Por ejemplo, si son matemáticas, sabe que se debe dedicar a realizar ejercicios prácticos que le ayuden a dominar los temas; en cambio si se trata de filosofía, sabe que la lectura y los organizadores gráficos son una estrategia necesaria para conocer y analizar el contenido.
 
Cuando alguna materia se le dificulta, busca información extra que le ayude a entender y suele pedir ayuda al profesor y a sus compañeros, con quienes se organiza para discutir los temas difíciles y aclarar las dudas entre todos. Le gusta participar en actividades grupales y realizar trabajos prácticos.

domingo, 9 de noviembre de 2014

El zoológico



Al pedirle a otra persona que resolviera el problema siguió un procedimiento casi igual al mío, ambas realizamos el procedimiento en una hoja pro escrito y el cálculo fue prácticamente mental.

Estudiante en línea